Saludos señores, en esta ocasión, quiero escribirles algo que ustedes puedan verse atreved de mis escritos, quisiera hacer como la especie de un retrato hablado, donde ustedes puedan recordar cosas y remover un poco sus sentimientos, aunque sea por un momento.
Y la verdad es qué; cuando pienso en las situación actual, lo único que se me ocurre es, decirles que con todo lo que veo y oigo en estos tiempos; diría que; cuando niños eramos mas felices. Porque no razonábamos tantos como ahora, sera; porque ¿como no teníamos bigotes en la sentadera? no sé, Ó a lo mejor también seria que; no cargábamos con una cédula que nos autentificara, solo para escojer a los responsables de nuestros destinos cada cuatro años, cada dos o cada seis, no sé.
El caso es que; cuando niño, la vida era mas feliz que ahora, era mas ingenuas, era mas divertida, inclusive, el asunto de lo apagones, eran mas niths que ahora, porque hasta, hasta los aprovechábamos para jugar al loco, al agarrao, a la gallinita ciega, al pañuelo, al mariscar pasando lista, manos caliente, y según íbamos creciendo los jueguitos iban cogiendo mas sasón. a los amoriitos encondios, a la botellita, al colmado y hasta al papá y la mamá.
La cuestión era, que había mas entusiasmo para todo, y todos esos juegos eran disfrutados sin pasar por un pasimetro, sin ser vigilado por una camarita de seguridad a circuito cerrado, sin caminar todos un largo trayecto para buscar un lector de precios, y sobre todo lo mas importante; sin impuestos incluidos.
Es que cuando niños la vida era mas feliz, porque había creencias inverosímil, creencias insólitas, creencias que solo con un pampel lo que tenían familias en nueva york, lo usaban. y los que no, con un trapito de saco de arina de trigo, resolvian O en su defecto, con una isleara de moco guindando hasta el pecho, un yaquesito sucio con cojones, de las cinturas para abajo sin nada, por delante con la soguita al aire y por detrás un voluminoso embarre de malanga amarilla y un gran desfile de las mejores amigas del hombre; las mocas.
Unas de esas creencias de niños eran que; por ejemplo; para ser chofer de camión, tenia que ser gordo y tener una barriga que le pegue al guia del camión, osea que el que era flaco no podía manejar camión si no, carro.
También ustedes no me van a creer, que yo pude creer, que los reyes magos, se volvían hormiguitas para meterse a tu casa a dejar regalos.
También llegue a creer, que las personas que se veían en las television se metían por debajo de los aparatos de cada televisor, y que luego cuando uno lo apagaba ellos salían escondidos.
Otras de mis creencias eran que; que los generales y coroneles de cada intituccion, tenían que ser gordos también igual que las de los choferes.
Y que los médicos y enfermeras eran personas malas, que fueron traídas al mundo por cucos. para pullar a los niños con sus inyecciones.
Y que las diligencias, eran institucciones del gobierno, porque mi madre cuando salia a comprar algo, me decía; que iba hacer una diligencia.
Y que también creí que el problemas de los apagones, eran por la chichiguas y capuchines, que se quedaban en los alambres del tendido eléctricos, y finalmente cuando decían que; alguien guindo los tenis, eran que los tiraban para los alambres, para dañar la luz.
Y por eso es que digo; que cuando chiquito se era mas feliz.
¿y usted verdad que este momento la pasó felizmente bien? me alegro, pero le tengo una mala noticia, despierte porque ya somos dos manganzones, ya crecimos y pagamos impuestos, para que otros vivan mejor.
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario