Recientemente la autoridad reguladora de las telecomunicaciones de los EE.UU. puso en práctica el paso de la televisión analógica a la digital. El llamado "apagón analógico" es ya una realidad. Por qué, qué significa y qué efectos tendrá para la realidad local, son las preguntas que naturalmente surgen; en este artículo trataremos de responder a ellas.
Lo digital y la televisión
En pocas palabras, la digitalización transforma la imagen y el sonido en números o códigos binarios. Así, la imagen y el sonido se convierten en datos electrónicos, facilitando su gestión, manipulación, administración y emisión.
La televisión se convierte en digital para su integración con otros medios y servicios, tales como el comercio electrónico, los "gobiernos electrónicos", la telefonía y la Internet. Vamos de camino hacia una televisión que podrá ser verdaderamente interactiva con el usuario.
Un apagón planificado
Desde hace más de dos décadas se viene planificando el paso de la transmisión analógica a la digital a nivel global. Esto por un acuerdo internacional que busca expandir el negocio de las telecomunicaciones.
La razón de fondo es que el espacio en el éter que hoy ocupan los canales de televisión será utilizado por la telefonía móvil y los operadores de Internet.
Ello es posible porque la transmisión digital ocupa menos espacio en el espectro. También están los intereses de los fabricantes de tecnología, que aperturan mercado a nuevos productos que dinamizan las economías.
Tanto en Europa como en los EE.UU., la medida fue consensuada, e incluso su puesta en marcha fue pospuesta para que los operadores de televisión pudiesen realizar los cambios tecnológicos necesarios.
En el caso europeo, el apagón está planificado para el año 2012.
El dilema del formato digital
Existen tres formatos electrónicos para la televisión digital : el europeo, el americano y el japonés. Los tres hacen lo mismo, transportan una señal digital por el aire que mediante dispositivos especiales puede ser recibida por los televisores. Pueden además transportar señales en Alta Definición (HD).
Más allá de sus principios electrónicos, que responden a filosofías y escuelas distintas, las diferencias están en la tecnología para la recepción de la señal. Optar por un formato implica efectos en el comercio y por ende en la economía de un país.
Sus fabricantes compiten hoy por un gran mercado y cada quien tiene su estrategia para sus zonas naturales y las de su influencia, entre ellas Latinoamérica.
Las confusiones locales
Para que la televisión digital genere los beneficios que se esperan (mayor calidad de imagen y sonido, interactividad, comercio electrónico, etc.), un canal de televisión debe tener, ante todo, una plataforma digital para la producción de su propia señal.
De nada serviría una transmisión digital, si no existe un cambio técnico y cultural al interior de una estación.
La realidad de la televisión dominicana es que existen pocos canales realmente digitalizados, la gran mayoría son analógicos, funcionan con equipos obsoletos y buena parte sobrevive, tecnológicamente hablando, de "milagro".
Por ello sus señales son deficitarias y escasamente competitivas en un mercado exigente.
La paradoja está en que un canal digital tiene costos operacionales más bajos que un canal analógico, por ende son más competitivos y flexibles ante los cambios del mercado.
En síntesis
Evidentemente el sistema de televisión dominicano hoy no está preparado para la transmisión digital. Bien hace el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) en contribuir a la difusión las características de los formatos digitales entre los operadores de televisión para iniciar un proceso de cambio que puede durar algunos años.
Pero el mundo sigue adelante y los cambios están a la vuelta de la esquina. Los operadores de televisión están obligados a digitalizar sus sistemas de producción y a cambiar su cultura interna, mientras más pronto lo hagan será mejor.
Formatos digitales
La tecnología usada en Norteamérica es ATSC.
En Japón es ISDB-T.
En Europa, Australia y África es DVB-T.
En Latinoamérica, Uruguay, Colombia y Panamá optaron por el DVB-T.
El resto del mundo aún no ha decidido
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